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Esplá descubre la otra Rioja Monumental

P. M. Azofra | La Rioja

Luis Francisco Esplá, 33 años de torero, 5 tardes a hombros en Madrid, 1200 corridas de toros y 80 de Victorino, llegó el jueves a La Rioja con motivo de acompañar a Diego Urdiales en el homenaje que le organizaron en Arnedo vía Madrid.

Dijo el torero alicantino: “Me gustaba vestir el terno rioja y oro y no podía faltar acompañando a Diego Urdiales en esta fecha. Es el símbolo del toreo clásico y eterno. Como en los vinos, surgen otros con otras formas y otro atractivo. Son los heterodoxos que necesita la fiesta para el equilibrio e interés de la mayoría. Como sucede en la viticultura. Llegan vinos con especial aroma, sabores nuevos, olores... pero lo esencial es el vino con color, olor y sabor profundo, asentado, con equilibrio en taninos, astringencia... acidez... Pero el toreo de Diego es el que permanece y marca las pautas en la historia. Como los buenos vinos... de siempre”.

Para contrastar asistimos a una comida en “Muga” de Haro. Y decía el torero: “A Diego, como a estos vinos equilibrados, le ha hecho falta un tiempo de maceración, fermentación, cuidado y elaboración.

Esplá le dio un vistazo exterior a Santa María la Real de Nájera, a la portada del cementerio de Navarrete, al monasterio de Cañas, Tricio y de forma detenida a los monasterios de San Millán, guiado por el P. Jesús Lerena, agustino. Vivió en el albergue del Duque de Nájera, de Navarrete y remató con vistas y piedras del castillo de Clavijo.

Compartió, al alimón, emociones taurinas, arquitectónicas y pisó el suelo donde se escribió por vez primera el castellano. “El Bambino”, premio de las Bellas Artes, es culto, sensible y capta todo.